EPIDEMIA EN VENEZUELA POR UNA BACTERIA
¿Qué es la difteria y cómo hay que prepararse?
Faringitis, amigdalitis, secreción nasal y una membrana blanco-grisácea son las principales manifestaciones clínicas de la difteria, una enfermedad bacteriana aguda causada por la toxina de la bacteria corynebacterium diphtheriae. En algunos casos, la difteria infecta la piel primero y produce lesiones cutáneas.
La tasa de mortalidad de la enfermedad varía entre 5% y 20%, dependiendo de la edad del afectado y si su cuadro clínico es grave o leve. Algunas personas no tienen síntomas, pero otras pueden presentar complicaciones, como daño a los riñones, inflamación del músculo cardíaco o una respuesta alérgica a la antitoxina, que debe ser aplicada al detectar la enfermedad.
La forma de protección frente a la enfermedad es la vacuna pentavalente (DTaP, difteria, tetanus y pertusis acelular), que debe ser aplicada en tres dosis y dos refuerzos para una cobertura ideal. La primera vacuna está indicada antes del primer año de vida. Sin embargo, en el país esto está lejos de ser la realidad.
La Sociedad Venezolana de Salud Pública denunció este lunes 19 de septiembre que en el Km. 88 del estado Bolìvar tres niños presentaron la clínica típica de difteria y “fallecieron pocos días después de presentar lesiones en faringe. Por la evolución tórpida del caso y por nexo epidemiológico en la procedencia de los casos, la enfermedad parece corresponder a difteria”.
“El hecho de que haya sospechas de casos de difteria en Venezuela, expresa indirectamente que hay baja cobertura en la vacunación por parte del Ministerio de la Salud, ente encargado de proporcionar los productos biológicos. No hay justificación para que esto suceda”, expresó al respecto Miguel Viscuña, epidemiólogo de Salud Miranda.
Esta afirmación fue ratificada por el pediatra y epidemiólogo Alejandro Rísquez, director del Centro de Prevención Vacuven, quien aseguró que “las coberturas están muy bajas y no se están cumpliendo las metas establecidas”. Desde hace al menos seis meses el galeno viene denunciando que la escasez de vacunas puede hacer volver a enfermedades ya erradicadas.
De acuerdo con las cifras de la Dirección Nacional de Inmunizaciones reflejadas en la Memoria del ministerio de Salud de 2015, se aplicaron 2.723.804 dosis de la vacuna, representando una inversión de Bs 52.646.941. Según eso, en el país habría un 91% de cobertura. Sin embargo, de acuerdo a Rísquez, en el país la cobertura de pentavalente no llega al 90%.
“No se están cumpliendo lo mínimo en las Metas del Milenio (90%). Si se confirman esos casos, son la demostración de que algo está muy grave”, dijo el galeno. La difteria fue erradicada en el país en la década de los 40, cuando se aplicó masivamente la vacuna.
¿Hay Tratamiento?
¿Y el tratamiento?
En caso de contraer o tener sospechas de poseer la enfermedad, la Red de Salud Pública señala que, de los medicamentos necesitados para el tratamiento, uno no está disponible en el país: la penicilina V oral de 250 mg es la que pueden consumir las personas que no pueden tragar, cuatro veces al día, para mejorarse. No se encuentra en Venezuela.
“El medicamento de primera elección es la eritromicina y el de segunda elección es la penicilina y de ambos hay déficit en Venezuela”, comentó Viscuña. Ambos son antibióticos.
El manejo de un paciente con difteria también incluye la administración de la antitoxina diftérica tan pronto como sea posible, además de la administración de los antibióticos, la intervención específica de apoyo prestando especial atención a las vías aéreas (incluyendo traqueotomía si es necesario) y monitoreo cuidadoso de las alteraciones del ritmo cardíaco u otras manifestaciones de miocarditis.
La Sociedad también recomienda informar a la población sobre este posible brote, proveer el tratamiento recomendado y garantizar el cuidado de los pacientes en los hospitales tipo IV, incluyendo atención en unidades de cuidados intensivos (UCI).
La Sociedad también recomienda informar a la población sobre este posible brote, proveer el tratamiento recomendado y garantizar el cuidado de los pacientes en los hospitales tipo IV, incluyendo atención en unidades de cuidados intensivos (UCI).
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